TECNOLOGÍA CRISTALINA
POR EL PROGRESO
CON LIBERTAD.
ROBÓTICA TRANSHUMANISTA CONTRA EL NEOESCLAVISMO.
DÍA DEL TRABAJO
Canto a los trabajadores y las trabajadoras.
Una persona pública como todo ciudadano o ciudadana una vez ha oído el clamor de la masa plebeya, decidió escucharla y hacerle la voluntad.
Por medio de un portavoz el pueblo le dijo:
-Tenemos que alimentar nuestra prole, irnos lejos para ocuparnos mientras los recién llegados son educados, formados, encaminados. Queremos trabajo. Diles esto a los como usted que nos vienes de representante. Os ordenamos, somos el pueblo. Necesitáis de nosotros.
Con asombro pero condescendiente la persona pensó un poco y en ésta oportunidad decidió hablarles con franqueza.
Dijo:
-Ya que insistís tanto os contestaré con veracidad. Sólo os pediré paciencia, pues no más que en el curso del tiempo sabréis si lo que os transmitiré es verdad o mentira, fuente de vida o su sequía.
La masa humana delante suyo le disparó un fuerte clamor al representante de la élite. Pasados unos minutos, la gente entró en silencio, pues entendió que mientras bramaba no podía ser saciada con una respuesta comprensible.
Entonces obtuvo su respuesta, pues con voz fuerte y audible se les ha dirigido la palabra la insigne figura.
-Actividad sin generosidad no será recompensada ni remunerada. No os hemos sustituido por máquinas inteligentes por clemencia, no por necesidad y menos por comodidad.
Una brisa penetró en el gran mandala de piedra, y en las nubes cargadas que se asomaran con ella, un eclipse oscureció al sol del poniente con un aire frío en el que ya no había más portavocía que el extraño orador.
En silencio la gente, su ahora nuevo representante bajó su voz para un tono sin esfuerzo.
Así, su respuesta pudo ser escuchada desde el eco y resonancia de sus palabras en las paredes de piedra granítica de la arena, construida por los antepasados, que los abrigaba con este legado, aunque ya no se recordaban de quienes eran, ni de sus nombres o testimonio.
La serena figura impávida, con alguna majestad pero sin arrogancia, sin temor aparente, prosiguió entonces regalando les confianza, con pocos gestos y economía de palabras, sin intenciones excusas en el tono de voz ni en las pausas que hacía.
-Escuchadme, pueblo. Una vez que habréis creído y depositado vuestra fe en el ingenio del trabajo creado por nuestros ancestros, este os será concedido, pero sin placer ni convicción.
La acción mezquina no os será dada por vuestra propia voluntad si no por una obligación pesarosa.
No habrá espacio ni tiempo para la pereza.
Olvidaréis lo bien que habréis vivido antes de las responsabilidades que estáis exigiendo, cuando el paro os ha permitido ocio y pensamientos libres, el don de la reflexión y la inteligencia.
Olvidaréis lo bien que habréis vivido antes de las responsabilidades que estáis exigiendo, cuando el paro os ha permitido ocio y pensamientos libres, el don de la reflexión y la inteligencia.
Os agitaréis como peces en el mar pero solo atraeréis tiburones hambrientos, con mucho olfato y poderes sensoriales superiores al vuestro.
Cargareis con penurias el sudor de vuestra labor.
En vez de cualquier dignidad no podréis conquistar siquiera el deshonor.
Lo que ganes os será arrebatado. El tiempo vital que os dedicáis a vuestras ambiciones y deseos inconfesables os robarán.
Lo conquistado será diluido, embargado y confiscado.
Lo conquistado será diluido, embargado y confiscado.
Os será quitada la piel con vosotros y vosotras vivos para sentir lo en cada centímetro. Se os quitarán los ojos para luego devolverles en funcionamiento, para que posáis ver las armas afiladas que se clavarán en vuestras carnes.
Para cada céntimo de vuestras monedas adquiridas tendréis de pagar cien.
Buscareis una nueva vida para que podáis arrepentiros.
Buscareis una nueva vida para que podáis arrepentiros.
Sepáis que vuestra fe vana e irracional os traicionará. La esperanza huirá de vosotros. Nadie ni nada suportará vuestra presencia, ni siquiera vosotros mismos.
La luz de energía interior se apagará, y al volveros hacia dentro de ustedes mismos, no encontraréis más que las espesas tinieblas de arrepentimiento, un horror de espanto sin vuelta atrás.
Pediréis pan y agua pero lo que vais ingerir en cambio será un veneno amargo.
En vez de fuerza renovadora experimentaréis la más horrible soledad, incluso cuando esteáis envueltos por vuestro proprio pueblo o los familiares más queridos.
En vez de fuerza renovadora experimentaréis la más horrible soledad, incluso cuando esteáis envueltos por vuestro proprio pueblo o los familiares más queridos.
En vez de digerir la comida, ésta os atragantará y os devorará desde dentro. En vez de evacuar el alimento, este se os acumulará como excrementos hasta que os empiece a salir por los ojos, los oídos, las narices, por el ano y por la boca.
Entre los que nos acordamos de la tradición de los ancestros, en los libros aprendimos que a esto le llamaban escorbuto.
El hambre os acosará hasta que empecéis a devorar las propias vísceras, pero tras el esfuerzo de tanta faena, ni las vísceras de vuestros eventuales seres queridos os saciará.
El hambre os acosará hasta que empecéis a devorar las propias vísceras, pero tras el esfuerzo de tanta faena, ni las vísceras de vuestros eventuales seres queridos os saciará.
El agua que vais a tomar ya no será de lluvia o de ríos sin polución, si no del esgoto y los volúmenes enfermos de las reservas acuíferas que enfermaréis con vuestra actividad estúpida e innecesaria. Todos los líquidos serán insulsos y tampoco os quitará la sed.
Cuando procuréis el agua pura y sana para bañaros a vos y a vuestros seres queridos, este liquido será oscuro, pegajoso y corrosivo.
Mirareis el espejo d’agua y no os veréis a vosotros mismos ni a nadie. Por que habéis vendido la infinitud en vosotros a muy bajo precio, nadie invertirá más en vuestra raza soberbia y egocéntrica.
Padeceréis del egoísmo hasta la desaparición de cualquier resto de orgullo o vanidad.
Padeceréis del egoísmo hasta la desaparición de cualquier resto de orgullo o vanidad.
La luz del sol os quemará de espacio y la suave luz de las noches os helará la sangre.
A vuestros pasos el suelo temblará y un agujero oscuro os recibirá sin nada bajo vuestros pies; extenderéis las manos y estas os será cortada de golpe. No encontrareis clemencia, compasión o misericordia.
Buscaréis descanso pero el reloj no tendrá más hora de paro.
Buscaréis descanso pero el reloj no tendrá más hora de paro.
Aprenderéis a venerar y aspirar al conocimiento de los sabios, pero no tendréis más que montones de informaciones parcas y desconexas, sin simetrías entre ellas.
Exigiréis respuestas para encontrar la paz pero no recibiréis más que propaganda.
Guerreareis por paz, libertad y respeto, pero lo que tendréis es cada vez más guerra, horror y violencia.
Sin más recuerdos de solidaridad toda vuestra labor será un castigo.
Queráis parar pero la agitación no cesará. Preferiréis la inactividad pero ya nos os acordareis de cómo parar.
Os recordareis de pedir pero olvidaréis de saber el porqué. Intentareis hablar pero no tendréis voz, ni quién hable por vosotros. Todo lenguaje será impostura y mentira. No entenderéis lo que se os dirá el prójimo ni el ser más lejano de la locura.
Cuando un silencio horrendo os tire hacia el desvanecimiento de vuestras creencias, entonces escucharéis voces que dirán:
-Congresus cum daemone populi.
-!Cerdos!
-!Criaturas de la Bestia!
-!Cachorros del Infierno!
-!Daemones!
-Hijos e hijas de la gran puta, más una larga cola de muchos putos.
-Mundo de los ángeles caídos...
-Satanael es con vosotros, pero vuestro gran padre/ madre Shaitan / Lilith no aliviará vuestro sufrimiento. No lo merecéis siquiera a El/Ella.
-?Si sois tres hermanos o hermanas y uno será sacrificado, como se elegirá uno de ellos? ?Quién será más desgraciado o desgraciada para tomar la decisión?
-Sois todos huérfanos definitivos de padre y madre, de hermanos, hermanas, amigos, amigas, pareja, pero si tenéis dos, tres o cuatro hijas e hijos, seréis obligados a elegir que solo uno sobreviva, y delante de vosotros se les quitará la vida con tortura.
Quizás entonces pediréis a un dios o diosa ayuda, pero lo que percibiréis a cambio será un abismo silencioso de infinito vacío y desolación.
Quizás entonces rogaréis con cánticos, velas e incenso a dioses y diosas desconocidos, y al observar el cielo, no veréis más que estrellas caídas y fuegos estremecedores bajando de lo más alto hacía vosotros.
Y sin embargo, perderéis cada vez más cualquier noción de que tenéis arriba o abajo, delante o de atrás, a vuestra derecha, izquierda o centro; y es que desconoceréis para entonces cualquier centramiento.
Solo sabréis la diferencia entre el cielo, la tierra, el infierno y el purgatorio, cuando obtengáis el entendimiento de que ni todos ellos son eternos.
Inconformados con tanta insanidad, os vais a pedir una muerte rápida pero la tendréis lenta, y si queréis una muerte lenta la tendréis rápido. Al final, ya no tendréis derecho a la vida ni a la muerte.
-!Viva el día del trabajo!- vociferó el orador, pero al mirar al pueblo otra vez, ya no había nadie más en la arena, y así por fin se quedó solo con los suyos para siempre.
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