viernes, 8 de mayo de 2015

Consciencia Cristalina Educativa.

Las escuelas más innovadoras del mundo no tienen aulas ni pizarras

Día 31/01/2014 - 11.45h

Las clases duran dos horas para que al alumno le dé tiempo a arrancar, hacer las tareas y terminarlas

No hay aulas, tal y como se conocen trandicionalmente, ni pizarras ni pupitres. En las escuelas suecas Vitta los alumnos circulan libremente y cualquier lugar del centro es bueno para aprender, con profesores o con otros compañeros. A veces en las escaleras, otras sobre cojines o tumbados en el suelo. Estos centros han revolucionado la forma de educar, aprender y enseñar con nuevos conceptos sobre el espacio y el tiempo. Los estudiantes aprenden a su ritmo en un modelo distinto y profundamente innovador, sin clases y sin rígidos horarios.
Vittra es una empresa que gestiona 27 centros educativos de preescolar (1 a 6 años) y escuelas (de 6 a 16) en Estocolmo y en la zona sur de esta ciudad. Cerca de 8.500 alumnos se benefician gratuitamentede estas enseñanzas. Aunque estos colegios estén gestionados por una empresa privada, son financiados con fondos públicos.
Por eso, están sometidos a unas restricciones, por ejemplo, no pueden cobrar ni matrícula ni ninguna cuota a los alumnos que tienen que ser admitidos por riguroso orden de llegada, es decir, sin examenes de acceso.

Los pilares de la innovación

Las escuelas Vittra nacieron hace veinte años planteando ya verdaderos retos educativos. Por ejemplo, en estos centros la tecnología es fundamental para el aprendizaje; el aprendizaje se realiza a través de la propia experiencia y en contacto continuo con la vida cotidiana; el modelo está basado en elbilingüismo y las aulas se suprimen dejando paso a nuevos conceptos del espacio.

«La idea del espacio abierto en lugar del aula cerrada (que también se utiliza cuando se considera apropiado) es dar la posibilidad a profesores y alumnos de cooperar en el trabajo. El aprendizaje es un proceso que suele tener lugar cuando se trabaja, se conversa y se debate con los docentes o con otros compañeros. El propósito es crear un espacio en el que nuestros alumnos estén siempre acompañados por uno o varios profesores», explican desde las escuelas Vittra.
Ese nuevo concepto de espacios abiertos da pie a una organización escolar muy diferente a la que estamos acostumbrados. Los alumnos se dividen por equipos: preescolar y grupos escolares de 6 a 9 años, de 10 a 12 y de 13 a 16. Cada grupo ocupa una parte del edificio.
 El espacio se organiza alrededor de una plaza central abierta rodeada por aulas. Las divisiones entre estos espacios son de vidrio para crear la sensación de apertura y transparencia. Las clases se pueden dar en las aulas, en la plaza central abierta... dependiendo del grupo, del tema o de la asignatura.
El tiempo que se dedica a las clases es otro de los conceptos revolucionarios en las escuelas Vittra. Las clases duran unos 120 minutos para dar tiempo a los alumnos a arrancar el tema, realizar las tareas y terminarlas a su propio ritmo. En ocasiones duran 60 minutos. Todo depende de la materia y la edad del alumno.

Un plan individualizado

Cada alumno posee lo que se ha denominado «libro Vittra», un plan de desarrollo individual donde se evalúa su currículum académico y los logros conseguidos por cada estudiante. A través de internet, padres e hijos conocen y siguen el trabajo del alumno en la escuela, sus evaluaciones, sus ritmos o sus necesidades de apoyo.
El papel del maestro también da un gran giro en estos colegios. El docente no imparte clases a alumnos sentados en pupitres entre cuatro paredes. Por el contrario, la función del profesor es la de guiar y motivar al alumno. Cada docente es responsable de un grupo de entre 20 y 20 estudiantes e imparte entre una y tres asignaturas.
Cuando concluyen la enseñanza obligatoria hasta los 16 años, los chicos son «responsables de su propio aprendizaje», afirman los responsables de Vittra. «Son capaces de aprender a aprender, de encontrar información, de resolver problemas y de reflexionar sobre su aprendizaje», aseguran. Los grandes pilares para su futuro.

Las seis promesas de Vittra


Reciclaje de preciosidades en la basura.

Terminan en la basura 300 toneladas de oro en 2014

Un informe dio a conocer que unas 41.8 millones de toneladas de electrodomésticos y chatarra electrónica terminaron en vertederos.

sipse.com

La mayor parte de los residuos electrónicos están en EU y China. (Archivo/Reuters)
La mayor parte de los residuos electrónicos están en EU y China. (Archivo/Reuters).

Agencias

LONDRES, Inglaterra.- El año pasado la humanidad botó unas 41.8 millones de toneladas de electrodomésticos y chatarra electrónica, cuyo reciclaje supondría 52 mil millones de dólares, según un informe.

Los residuos contenían 300 toneladas de oro, equivalente al 11 por ciento de la producción global de este metal precioso en 2013, reza el documento de La Universidad de Naciones Unidas.
De acuero con el sitio web actualidad.rt.com, la mayor parte de los residuos electrónicos están en EU y China, un tercio del total.
Per cápita, son las naciones europeas las que están liderando, con Noruega a la cabeza: más de 28 kilogramos por persona. Los países africanos son los que producen menos desperdicios de este tipo. 
El informe también hace hincapié en los residuos tóxicos: cuatro mil 400 toneladas de toxinas que agotan la capa de ozono y más de dos millones de toneladas de compuestos de plomo, que requieren tratamiento especial.
Solo una sexta parte de los residuos electrónicos es reciclada apropiadamente, señaló el informe. 

e-waste y la Convención de Basilea

Toda esa comodidad, tranquilidad y desarrollo que representa la tecnología, tiene otra cara, y es toda la  basura electrónica (e-waste) que genera y que no es otra cosa más que las computadoras, teléfonos móviles y aparatos eléctricos y electrónicos que han sido vendidos, donados, relegados o simplemente pasados al desuso por parte de su propietario original. 
Según el artíoculo "Los desechos tecnológicos una intoxicación silenciosa", publicado en el sitio web www.asiap.org/ los equipos se pueden reciclar porque poseen metales preciosos, pero las actividades de reciclado deben realizarse con responsabilidad ya que junto con los metales preciosos se encuentran otros productos que son contaminantes, altamente tóxicos y cancerígenos.
La historia del e-waste  comienza en Suiza a través de la Convención de Basilea para el control de las basuras peligrosas, donde se realizó un acuerdo al que se suscribieron 170 países, aunque algunos no lo han firmado (Estados Unidos, Haití  y Afganistán entre otros).
El Convenio de Basilea, se firmó el 22 de marzo de 1989 y entró en vigor el 5 de mayo de 1992, se trata de un tratado internacional que fue diseñado para reducir los movimientos de residuos peligrosos entre las naciones, y en concreto para evitar la transferencia de residuos peligrosos de países desarrollados (ricos) a los países menos adelantados (pobres). Y también trata de reducir el volumen y la toxicidad de los residuos generados.

?Sabes si tienes oro en la basura?
Si tienes el conocimiento 
adecuado,
incluso en tu basura encontrarás
tesoros.

Conviene aprender a valorizar lo que es despreciado por "las mayorías",
mientras no se vuelven 'minorias'.

(Buena suerte. Saludos,
F.R.B.).

jueves, 7 de mayo de 2015

El Triunfo de la Vida Inteligente ya Es Presente.

CRISTALOTERAPIA Y GEMOSOFÍA, CURSO PIEDRA FILOSOFAL.


cristaloterapia

Curso Piedra Filosofal
de Formación en Gemosofía
y Cristalino-Hidro-Gemoterapia

INTRODUCCIÓN

¿Qué es la Gemosofía y la Cristalino-Hidro-Gemoterapia?

La Gemosofía es la dimensión filosófica y espiritual de la Tradición Mineral que estudia los significados, valores y atributos culturales atribuidos a las piedras preciosas y otros minerales considerados sagrados por la Tradición Mineral Cristalina.

Se define como ciencia filosófica y metafísica especulativa; patrimonio cultural histórico de la humanidad; cosmovisión contemplativa de la realidad como un Multiverso infinito de posibilidades; predecesora y matriz de la geología y la gemología; ámbito cultural-religioso del que se despertó el interés para desvelar y explicar -física y científicamente- la naturaleza cristalina y los secretos de las piedras. 

El nombre "Gemosofía" viene de “gema” o yema preciosa, con Sofía (del idioma griego, sabiduría), conformando Gemosofía, Se traduce como la “sabiduría de las piedras” o “sabiduría de las gemas preciosas”.

En el "siglo XXI", con la nueva Era de Acuario y Edad planetaria, o gran ciclo astronómico de 26.000 años que se reinícia, cuando la civilización avanza basada en la sobreexplotación masiva y amplificada del poder de las piedras y de ciertos minerales como el Cuarzo en particular, la Gemosofía gana máxima actualidad.

Es un conocimiento y experiencia urgentes, por la sed global que demanda una explicación y una toma de consciencia mineral sobre la realidad, justo para poder trasformarla en una realidad más feliz, positiva y sana para los Iniciados e Iniciadas de la Tradición Cristalina y la humanidad.

Cuanto más desarrollada  se encuentre la consciencia mineral cristalina en los seres humanos, más probabilidad habrá de utilizar correctamente la tecnología cristalina para amplificar la longevidad y la calidad de vida de los seres humanos y su autorealización holística, completa. 

Extender y mejorar la calidad de vida pasa  por saber utilizar los poderes cristalinos con plenitud y sabiduría; lo que conlleva la necesidad urgente de empezar a comprender y a estudiar que significan los minerales desde el punto de vista de las culturas sagradas de nuestros ancestros.

La Gemosofía también es una mística y una ciencia del auto-conocimiento, dado que la propia composición física de la materia humana está compuesta básicamente de fórmulas minerales, como casi todo. La Gemosofía intenta así entender y explicar el significado y la medida de influencia de las gemas resonando en la esfera de la dimensión humana, con una perspectiva profunda, amplificada y totalizadora.


Una de las consecuencias del estudio, de la recopilación de datos y la observación de la naturaleza mineral, ha dado origen –desde el principio de la Tradición Mineral humana- ha muchas técnicas terapéuticas de utilización del poder de las piedras para la curación y el bien estar.

Esta práctica ha dado lugar –con cientos de miles de testimonios por todo el mundo, desde hace miles de generaciones seguidas de seres humanos, ha un tradición de esencial magnitud para entender el mundo, a uno mismo y la Historia, pero también para curarlo y mejorarlo. Este testimonio de conocimiento práctico, aplicado en la realidad, con ilimitadas comprobaciones de buenos resultados, es la Gemoterapia, su hija operativa, Gemosofía aplicada.


Cada Libro/Grado del Curso contiene:

(La retransmisión iniciática del conocimiento y práctica de la Gemosofía se procede con el envío de e-books con el Espíritu de la Tradición Cristalina).
                                                            
I. Claves de la cristalinidad
Fundamentos teóricos de la tradición mineral.

II. Piedras sagradas
A lo largo del curso se estudiarán 108 minerales considerados Gemas terapéuticas, metales y piedras de poder.

III. El simbolismo del cristal
El significado oculto de las formas cristalinas en Joyería Sagrada, Cristalografía Simbólica, Numerología Cristalina, Alquimia, Cábala, Hermetismo y muchas otras disciplinas.

IV. Nociones de gemología
Conceptos básicos de esta ciencia en la Era de Piscis y en la Era de Acuario.

V. Teoría y Práctica gemoterapéutica
Ejercicios de meditación, armonización, proyección y cristalización de luz con las gemas. Prácticas de autorrealización  individual o en grupo.

VI. Historia, leyendas y mitología
Las huellas de la Tradición y de sus Iniciados en el pasado y en la actualidad. Estudio de las señales sagradas por las que se ha representado y reconocido el poder de las piedras. Las Gemas en el arte y la cultura. Citas célebres de grandes Maestros y Maestras de la Cristalinidad.


Además, pero no necesariamente en todas las entregas: Bibliografía; Nomenclatura y Neologismos; Notas y Avisos; Mensajes de Franzisco.




ÍNDICE DEL LIBRO I

I. CLAVES DE LA CRISTALINIDAD
I.1 Introducción: Gemosofía y Cristalino-Hidro-Gemoterapia
I.2 Iniciación cristalina
I.3 Claves de la Cristalinidad: postulados fundamentales de la Cosmogemosimbología: del 1º al 9º.

II. PIEDRAS SAGRADAS
II.1. El Cuarzo, Piedra Fundamental
II.2. El Cuarzo Hialino en la sempiterna Tradición de las Piedras Sagradas.

III. SIMBOLISMO DEL CRISTAL
III.1. Introducción
III.2. Numerología Cristalina: Números Maestros.
III.3. Simbolismo del cristal: el misterio poliédrico y pitagórico del Número Nueve.

IV. CLAVES GEMOLÓGICAS
IV.1. Introducción.
IV.2. Cosmogénesis: orígenes de las Piedras.

V. TEORÍA Y PRÁCTICA GEMOTERAPÉUTICA
V.1. Limpieza, purificación y reactivación.
V.2. Ofrenda/ potenciación: activación de los minerales sagrados.
V.3  Los chakras: centros de energía.
V.4. Primer chakra: el chakra raíz.

VI. HISTORIA, LEYENDAS Y MITOLOGÍA
VI.1. La Piedra Filosofal.
VI.2. Citas célebres de grandes Maestros y Avatares de la Cristalinidad: el Cristal, el Cristal en el chamanismo y en la Tradición NativaAmericana, la filosofía cristalina para reflexión y meditación.
        
NOMENCLATURA Y NEOLOGISMOS

REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA

RECOMENDACIONES PARA EL ALUMNO
MENSAJES DE FRANCISCO
1.              Ciclo I de IV. Cristales de Tierra: gestación de nueve meses de purificación alquímica y toma de contacto con el elemento Tierra.
2.             El espíritu del Curso piedra Filosofal.
3.             Manifiesto fundacional Cristaluz.

Para Suscribirte adquiriendo los cinco primeros Libros/Grados de Consciéncia Cristalina escriba a franciscobostrom@gmail.com

New Age of The Work: Creative Liberty in the Human World.


Economía Colaborativa Transhumanista, por Jeremy Rifkin.

ENTREVISTA JEREMY RIFKIN

'El capitalismo tal y como lo conocemos va a desaparecer'


  • Economista, consultor y asesor de Merkel, Hollande o Renzi

  • Asegura que la economía colaborativa es la última esperanza para el mundo



  • Jeremy Rifkin durante esta entrevista. JAVIER BARBANCHO EL MUNDO

  • Un viejo chiste atribuido a Winston Churchill dice que si juntas cinco minutos en una habitación a dos economistas saldrán dos opiniones, salvo que uno de ellos fuera John Maynard Keynes, en cuyo caso habría tres opiniones diferentes. Si hoy se le pregunta a dos personas diferentes qué opinan de Jeremy Rifkin ocurre algo muy parecido, salvo que las probabilidades de que sean tres visiones muy extremas es altísima.
    Rifkin (EEUU, 1943) es una de las voces más influyentes a nivel mundial. Escribe en los principales medios de comunicación, sus libros se venden como rosquillas, llena auditorios y los líderes políticos de tres continentes se pelean por invitarlo a su mesa. Durante años,fue asesor de Zapatero, y todavía hoy, a pesar del tiempo transcurrido, arremete sin necesidad de que se le pregunte contra Mariano Rajoy por frenar la inversión en renovables.
    Economista y teórico social, da conferencias por medio mundo hablando de La Tercera Revolución Industrial y de La sociedad de coste marginal cero (Paidós), la obra que ha venido a presentar a Madrid invitado por la Fundación Rafael del Pino. Un mundo donde fabricar es cada vez más barato y donde las impresoras 3D convertirán a cientos de millones de personas en prosumidores, una mezcla de consumidores y productores inédita en la Historia.
    En 2007, Angela Merkel lo llamó a consultas. François Hollande, también. Y el apoyo del premier chino, Li Keqiang, le ha llevado a vender medio millón de ejemplares de unaapasionada defensa de un mundo poscarbono. Pero las grandes empresas lo aborrecen por sus feroces críticas a los combustibles fósiles y entre sus pares, los economistas, las críticas son muy duras.
    Gana millones como consultor, pero sus textos, largos, llenos de ideas, nombres, referencias e hipótesis, desbordan confusión. «Vende motos, pero las vende muy bien», dicen. Una mezcla de Paul Krugman Paulo Coelho que llega directamente a los núcleos de poder y entra en vena a los que mandan.
    Rifkin cree que el capitalismo, tal y como lo conocemos, no es que vaya a desaparecer, sino que ya lo está haciendo. Que en 2050, menos de dos generaciones, será algo mucho más próximo a la economía colaborativa que a la búsqueda de interés propioQue el viejo paradigma de Adam Smith ha sido desmontado y será reemplazado cuando lleguen al poder, económico, político y cultural, la generación que se ha criado después de Napster, acostumbrada a compartirlo todo por internet.
    El mundo del futuro, asegura, será mejor y más sostenible porque colaboraremos en busca del bien común no para combatir la escasez, sino para generar prosperidad. Dice no ser un utópico y señala que compartir y colaborar no arreglará todos los problemas. Jura y perjura que vive en el mundo real, pero el siglo XXI que Rifkin dibuja en su obra es de color de rosa. Siempre y cuando se le haga caso al pie de la letra.

    Dentro de tres décadas no reconoceremos el sistema económico mundial. O el mundo en sí.
    En efecto, La economía colaborativa, de la que hablo en el libro, es un nuevo sistema,todavía en una fase casi embrionaria, muy joven, pero es el primero que emerge con fuerza, desde el capitalismo y el socialismo en el siglo XIX. No sabemos qué será de él, pero ha llegado con fuerza.
    No es precisamente el primero en anticipar el fin del capitalismo.
    El capitalismo tal y como lo hemos conocido va a desaparecer. Ya está pasando en sectores e industrias clave. En 2050, en apenas 35 años, tendremos una nueva economía híbrida colaborativa. El capitalismo no desaparecerá, pero se transformará completamente. Ya ocurre pero no somos capaces de verlo.
    ¿Sin que nadie lo haya derrotado? Al mundo le ha ido bastante bien con el capitalismo si se compara con las alternativas.
    Hay una paradoja dentro del sistema, una que antes ni podíamos imaginar. El fin del capitalismo actual no viene de la mano de enemigos o rivales, sino de su propio éxito.
    Eso sí que no había pasado nunca antes.
    Los grandes cambios de paradigma en la historia, en el sentido original de Thomas Kuhn, han sido muy pocos, pero todos tienen un denominador común: primeroaparecen nuevas tecnologías de comunicación que permite organizar la actividad económica, pero también la vida en general, de forma más eficienteEn segundo lugar, un cambio tecnológico en la energía. Y en tercer lugar, un cambio en el transporte. Cuando las tres cosas pasan al tiempo, cambian nuestra forma de entender el espacio y el tiempo.
    Ponga un ejemplo.
    Pasó con la Revolución Industrial del XIX, donde se pasó de la impresión manual a la mecánica. Los costes fijos eran muy altos, pero el coste de una impresión concreta pasó a ser muy bajo. Por eso se podía imprimir en masa. Luego llegó el telégrafo, a la vez que un carbón barato. Y eso se suma al tren. La combinación creó una plataforma totalmente diferente. Un modelo que necesitaba mucho capital, y por eso se multiplicaron las empresas con accionistas. En el siglo XX llega la electricidad centralizada, los medios de comunicación como la televisión, petróleo barato y los coches y camiones en el transporte de mercancías. Y ahora internet, el Internet de las Cosas, que los engloba todos y va a poner en contacto a cientos de millones de personas en tiempo real.
    Hoy estamos en una encrucijada. Tenemos políticas fiscales duras por un lado y las propuestas de apostar por tecnologías nuevas, y extremadamente caras al inicio, como las que usted quiere en energía.
    Se habla mucho de austeridad en el mundo. Y está bien, me gusta la austeridad. Se habla de reformas del mercado laboral y cambios fiscales, y me gustan también, son necesarias. Pero eso ya no basta. Lo que estamos empezando a ver en Alemania o Dinamarca o en los últimos 12 meses en China son los efectos de la Tercera Revolución Industrial. Tenemos internet que en realidad son tres en uno, es el Internet de las Cosas que lo conecta todo. Energía, transporte y comunicación. Las grandes compañías lo saben, le ponen sensores a cada parte de sus procesos para controlarlo todo. Hoy hay 13.000 millones de sensores que serán 100 billones, con b, en unas décadas. Conectando cada aparato, gadget, objeto con cada ser humano. Es excitante porque podemos disfrutar de un mundo global en tiempo real.
    Y al mismo tiempo es un mundo un tanto inquietante.
    Mucho. ¿Qué pasará con la privacidad, la intimidad, la seguridad? ¿Qué pasará si esta información, estos datos, los monopolizan las grandes compañías de telecomunicaciones o Google o Facebook? A mí me preocupa mucho. Deberíamos estarlo todos. Es un gran regalo, pero no podemos ignorar las consecuencias.
    ¿Usaría la palabra regalo para los cambios de paradigma previos?
    Regalo porque este tipo de sistema que está naciendo democratiza. Nos pone a todos como iguales, nadie queda atrás. El acceso a los servicios está ahí. El 40% de los humanos está conectado hoy a internet, pero en pocos años, 10 ó 15, casi todo el mundo lo estará. En China se hacen smartphones por 25 dólares. Aunque ganes dos dólares al día, dentro de nada estarás conectado a internet. Y en un mundo transparente todos tendremos acceso a los datos, desde un teléfono o un ordenador, cualquiera. No seremos productores o consumidores, sino que seremos, ya somos, prosumidores.
    Es una visión un tanto naíf.
    Muchos me dicen que es lalalandia, un mundo de ciencia ficción. No se dan cuenta de la revolución en marcha, lo que ha ocurrido en apenas 15 años. Desde Napster [el primer programa popular para el intercambio de archivos musicales por internet de forma gratuita]. Usted y yo que estamos en el mundo editorial y de los medios lo sabemos bien. Primero fue la música. Hoy, cientos de millones de jóvenes suben cada día vídeos con copyleft a internet. Lo mismo con blogs, redes sociales y contenidos. Primero se dejó de lado a las compañías musicales, después a los periódicos, también a la radio y la televisión, a los libros, la educación superior. Es así, nos guste o no.
    ¿Imparable?
    Hay gente, ingenua, a la que le gusta pensar, le reconforta pensar, que hay un cortafuegos entre estos sectores, asociados ahora a internet, y el resto de la economía. Que el coste marginal cero no cruzará del mundo virtual de los bits al mundo físico de los átomos. Pero no es así, el muro se ha roto, no hay ninguna industria a salvo.
    Cambiarán la economía, pero ¿cómo cambiarán el mundo las impresoras en tres dimensiones?
    Es algo increíble, tremendo, disruptivo. ¿Ha visto estos días en Chicago el primer coche impreso? A finales de año habrá producción industrial. En breve tendremos cientos de miles de pequeñas impresoras 3D en los hogares, a niños creciendo con ellas como si fueran juguetes. Reciclando objetos de plástico y papel, con costes muy bajos de producción. Y en 10 años, esos coches impresos no necesitarán conductor. El mundo ahora funciona con propietarios, trabajadores, intermediarios, proveedores. La economía colaborativa ha reventado todo ello. Cualquiera puede ser prosumidor y emprendedor social contribuyendo de forma voluntaria y gratuita a la economía de los comunes. Adam Smith pensaba que cada ser humano nacía para ser un agente autónomo. Pero hoy, gracias a la biología, sabemos que no es así. Somos criaturas sociales.
    Pero, ¿eso cambia también las mentalidades?
    Piense en juguetes. Tradicionalmente, le comprabas un juguete y le decías a tu hijo: es tuyo, no de tu hermano, sino tuyo, es importante que cuides de él. Pueden usarlo tus amigos, pero es y siempre será tuyo. Eso le da al niño la idea de propiedad, de protección. Pero ahora no. En EEUU tenemos ya páginas web dedicadas a compartir e intercambiar juguetes. Lo compras, se lo das a un niño y le dices: es algo para ti, queremos que lo cuides para que otro niño como tú, en el futuro, lo disfrute tanto como vas a hacer tú ahora. No es posesión, es la experiencia lo que tiene el niño. Desde luego, también la responsabilidad, porque si lo rompe ya no se puede devolver. El mensaje es claro para los niños del futuro. Imagine el impacto en unos años para compartir coche, casa, cualquier cosa.
    Pero es algo más profundo que un juguete. La propiedad privada está en la base filosófica de nuestro sistema legal, está en los fundamentos de la democracia liberal. Es uno de los pilares de la sociedad tal y como la conocemos. Y uno de los más importantes para explicar cómo hemos llegado hasta aquí, quiénes somos.
    Es algo muy profundo desde un punto de vista filosófico, antropológico. Mucha gente se centra en los aspectos tecnológicos, pero hay una parte histórica que hay que conocer. La propiedad privada no es algo que siempre haya estado ahí. En absoluto. No podemos decir que forme parte de la naturaleza, no es cierto. Hay una parte enorme de nuestra historia, que ignoramos desde la Ilustración, en la que las cosas funcionaban de otra manera. Somos las criaturas más sociales, con el neocórtex más grande, los más empáticos. En el pasado, la gente generalmente compartía la vida económica, voluntariamente o no. Piense en el trabajo de Ostrom, la única mujer Nobel de Economía, sobre los comunes. Ella descubrió que en el pasado, en diferentes partes del mundo que no tenían conocimientos las unas de las otras, acabaron organizando su vida económica de forma similar. Por más de mil años, la gente volcaba sus recursos, de todo tipo, los compartía, y así se sostenía el bienestar.
    Pero hoy hablamos la tragedia de los comunes. Y nos va mejor.
    Cierto, está asociado, pero cuando Garrett Hardin habló de tragedia en los años 60 en realidad no había comprendido en absoluto los comunes. Él pensaba que si todo el mundo compartía, los gorrones se aprovecharían. Lo que no entendía es la institución en sí. Había normas claras y principios democráticos para su correcto funcionamiento y cómo castigar a los aprovechados. Si incumplías estabas fuera, solo. Muchos colegas me preguntan cómo se puede gestionar así una economía, porque sólo ven un paradigma posible, en el que toma las decisiones el mercado, el Estado o ambos en algún equilibrio. Pero no es así, vemos cada día ejemplos de bienes o servicios producidos por comunes porque ni el Estado ni el mercado responden. Mire las cooperativas, que en España son un ejemplo muy conocido.
    Conocido y en apuros.
    Hay mucha gente en cooperativas en todo el mundo, en muchas modalidades diferentes.
    Siempre bajo el paraguas del mercado. Sólo hacen una parte de su actividad en cooperativa, pero el resto de sus vidas es mercado o Estado.
    No sé si este modelo resistirá. Está aquí, es joven pero puede ser destruido. Parece que va a ser el siguiente paradigma porque tiene sentido. ¿Serán capaces de frenar el impacto? Yo lo dudo.
    Asumamos que lleva usted razón. Que en 2050 hay dos sistemas y el capitalismo conocido ha desaparecido. ¿Estaremos mejor?
    Sí. Por dos razones: más empleo y el medio ambiente. En las próximas generaciones, 40 años, nuestra única oportunidad es levantar un sistema mejor, más inteligente.
    Al capitalismo no se le piden sólo resultados económicos. Se le exige igualdad, distribución de recursos, felicidad, bienestar, etc. ¿Puede traer todo eso, y mejor que ahora, el mundo colaborativo?
    No soy un utópico. En absoluto. No quiero transmitir una falsa idea de que se promete el paraíso. Vivo en el mundo real, donde la vida es finita, dura, precariaDonde cada momento es irrepetible. El viaje del que hablo no es al paraíso, se trata de democratizar el proceso y crear algo sostenible. No resolverá todos los problemas del mundo ni mejorará la vida de todos. Pero es necesario. El cambio climático, que es una parte importante, fundamental, de este discurso, está ahí. Está afectando nuestra capacidad, como especie, de sobrevivir.
    ¿El compartir será más fuerte que el del capitalismo?
    Es muy fuerte y lo será porque a los niños les gusta. Las nuevas generaciones creen que compartir mola y están creciendo en internet, donde comparten con naturalidad.
    Comparten lo conseguido, el mercado, por sus padres. No algo que hayan tenido que sudar para conseguir.
    Importa la percepción, lo que piensan y cómo han crecido. El coste de lo que cuesta producir ha cambiado, seguramente para siempre. Creo que es la métrica adecuada para un mundo sostenible. Es, además, la única forma que conozco para que las nuevas generaciones logren parar la cuenta atrás del cambio climático.

    (Nota de edición: destaques en el texto realizados por el editor del blog).


Nuevas Generaciones Humano-Cristalinas: el advenimiento del Homo Sapiens Cristalinum.

 

La generación Z cambiará el mundo

Educados en plena crisis, bajo la amenaza del terrorismo y el cambio climático, los chicos nacidos a partir de 1994 recuperan la conciencia social y desconciertan a las marcas



elpais.com


EVA VÁZQUEZ

Se terminó el egoísmo, el narcisismoselfie, la obsesión por el consumo y la pasividad que conlleva. Hay una generación que quiere salvar el mundo, pero todavía no sabe cómo. Han nacido o crecido en plena recesión, en un mundo azotado por el terrorismo, índices de paro galopantes y una sensación apocalíptica provocada por el cambio climático. Son más realistas que sus hermanos mayores, señalan todas las consultoras de marketing(siempre preocupadas por sus futuros consumidores). 
Han visto cómo sus predecesores malgastaban el tiempo acumulando títulos universitarios y másteres para malbaratar entrevistas de trabajo por su sobrecualificación. Son la generación Z, el grupo demográfico nacido entre 1994 y 2010 y que representa el 25,9% de la población mundial. Los expertos ya analizan todos los rasgos de su personalidad. Básicamente porque son el mercado que se avecina.
Más allá de los riesgos y la evidente frivolidad de atribuir una letra y un solo rostro a un espectro de 2.000 millones de personas, hay algunos elementos que pueden extraerse de las múltiples encuestas. Especialmente en contraposición a sus predecesores, los llamados millennials, a quienes las marcas todavía viven obsesionadas con descifrar. Fundamentalmente porque son un grupo de 80 millones de personas en EE UU y algo más de ocho millones en España, y que en 2025 supondrá —pronostica la consultora Deloitte— el 75% de la fuerza laboral del mundo. 
La potencia productiva y de consumo de los millennials ya es algo tangible (solo en EE UU tienen una capacidad de compra de 33.000 millones de euros). Para las empresas, sin embargo, la aventura con sus hermanos pequeños consiste ahora en descodificarles en el laboratorio.
La teoría del consumo dice que el segmento poblacional de 18 a 24 años es el más influyente. Las generaciones anteriores y las posteriores siempre quieren parecerse a ellos. Son la referencia estética. Y los Z —llamados así por venir detrás de las generaciones X e Y— empiezan a colocarse en la cúspide de esa pirámide de influencia y en cinco años la habrán copado. En EE UU, según su cámara de comercio, su influencia en el consumo de sus familias alcanza actualmente los 535.000 millones de euros.

Son el 25,9%
de la población
y solo el 10% confía
en su Gobierno
Esta generación ya no se conforman con ser sujeto pasivo de marcas y publicaciones, desean producir sus contenidos. Sucede a través de YouTube, donde las nuevascelebrities surgidas en este medio ya son más populares que las de la industria del entretenimiento tradicional (63% contra 37%, según el Cassandra Report, uno de los informes más utilizados por las grandes compañías para sondear los gustos de la juventud). O a través de aplicaciones como Vine (para vídeos en loop) y webs como Playbuzz, la vuelta de tuerca de la popular web de historias virales Buzzfeed, donde ahora los contenidos los suben los usuarios, que ya suman 80 millones al mes, según Google Analytics.


Tavy Gevinson, icono de la generación Z.
Las primeras marcas, al principio desconcertadas, ya detectan la tendencia y algunas compañías, como Starbucks (con la elaboración de recetas personalizadas) o Nike (permite diseñar las zapatillas a los clientes), ya están lanzando campañas donde el consumidor es parte del proceso de construcción del producto. Ya no se trata solo de personalizar, sino de participar en la creación. 
Esa es la estrategia que deberán seguir las empresas para empatizar con sus nuevos clientes, considera la influyente pensadora y economista inglesa Noreena Hertz, que acaba de publicar un estudio con 2.000 jóvenes ingleses y estadounidenses de esta franja de edad. 
Los llama generación K, por Katniss Everdeen, heroína de Los juegos del hambre, que se rebela contra el poder en un paisaje de distopía posdemocrática, aunque admite que se trata del mismo segmento poblacional. 
“Están muy moldeados por la tecnología, pero mucho más por la recesión y las políticas de austeridad. El 77% está preocupado en no endeudarse. Es una generación altruista, nada egoísta. Se mostrará fuerte y políticamente sensibilizada por cuestiones como la desigualdad económica y social. El 95% piensa que debe ayudarse a quien lo necesita, pero están muy desilusionados con la política tradicional”. De hecho, según su encuesta, solo uno de cada 10 se fía de su Gobierno.
“Los tiempos están cambiando”, cantaba Bob Dylan. Muchos ahora quizá no conozcan al señor que compuso esa letra ni les interese tanto la música y sus uniformes festivales como vehículo social o como referencia estética. El interés por las drogas y su relación con el ocio se reducirá también, según todos los indicadores. En España se encuentra en mínimos desde 2005, según la última encuesta del Plan Nacional Sobre Drogas.
El tiempo libre se vincula cada vez más con las vocaciones profesionales (blogs, diseño de moda, fotografía...) y las comunidades se forman en torno a ello. La escritora Luna Miguel destaca esa manera de trabajar en red, pese a que advierte de lo temprano que resulta analizar a una generación que todavía comparte muchos códigos con la anterior. “Son figuras importantes, pero ayudan a los demás y crean comunidad. La solidaridad será un valor importante. 
Ya no quieren ser el artista joven y raro. Incluso lo de 'nativos de Internet' suena a viejo, es una cuestión casi genética. Un ejemplo sería Tavi Gevinson, que desde los 13 años tiene uno de los blogs más importantes del mundo”, señala en referencia a la polifacética e influyente bloguera y editora estadounidense nacida en 1996, uno de los iconos de la generación Z.

Son el 25,9%
de la población
y solo el 10% confía
en su Gobierno
La tendencia también alcanza a la educación y a los nuevos canales de acceso. Para Anne Boysen, consultora en estrategia y experta en cuestiones generacionales de la firma After Millennials, gran parte del aprendizaje se produce fuera del aula. “Esta generación usa YouTube de forma periódica para sus deberes, lo que indica que quieren un mayor grado de personalización en la educación. Si no les gusta o no entienden el enfoque de su profesor, buscarán a alguien online que se lo explique mejor”, señala.
En sintonía con los tiempos de cambio, crece la conciencia social y las actividades de voluntariado. Al 76%, según la última encuesta de Millennial Branding (con jóvenes de EE UU), le gustaría participar en algún tipo de ONG, mientras que el 76% está preocupado por cuestiones climáticas. “Exigen la igualdad entre personas de distintos sexos y razas. 
Quieren cambiar el mundo apoyando a sus comunidades locales”, sostiene Dan Schawbel, Fundador deWorkplaceTrends.com y autor del bestseller Yo 2.0. La empatía con los partidos tradicionales se esfuma. En España el CIS revelaba en enero cómo el PP ha pasado de tener el 30,2% del apoyo de los jóvenes a una estimación del 4,3% para las elecciones generales.

Anne Boysen: "Esta generación será más cautelosa y realista, y también más escéptica respecto a las grandes compañías"
El espíritu crítico renace. El malestar evoluciona y se sustituye por planteamientos prácticos y concretos. Solo el 6% tiene miedo de su futuro, según el último Cassandra Report. Pero crece la desconfianza hacia las grandes corporaciones. Dos tercios de los chicos que aparecen en la mayoría de encuestas quiere fundar su empresa. 
Para Anne Boyse, esta generación será más cautelosa y realista, y también más escéptica respecto a las grandes compañías. “Tiene que ver con haber crecido en un ambiente de postrecesión. Buscarán trabajos que tengan sentido y que les ayuden a cambiar el mundo”, señala.
En la sensación de degradación del mundo, emerge la privacidad como una de las preocupaciones derivadas de los excesos del Big Data y de unos padres obsesionados con grabar o fotografiar a sus hijos y colgarlo las redes sociales. Una de las aplicaciones preferidas de este segmento de población es Snapchat, mediante la cual se pueden mandar fotos y vídeos programados para autodestruirse al cabo de segundos. 
En los tiempos de Wikileaks y el espionaje masivo de la NSA, los nuevos héroes ya no son las estrellas musicales, sino personajes como Edward Snowden o emergentes símbolos de la justicia y la transparencia. El mundo, tal y como se lo dejaron sus predecesores, no les parece un lugar habitable.
______________________


El órdago de los ‘millennials’

No les gustan los bancos ni las hipotecas ni los coches y pocos se casan

La generación de 18 a 33 años impone una nueva forma de consumir a la que las marcas no acaban de adaptarse



elpais.com


Esta generación está habituada a comprar desde el móvil. / GETTY

“Eso es lo que eres tú. Eso es lo que sois todos... toda la gente joven que ha luchado en la guerra. ¡Sois una generación perdida!”. La escritora Gertrude Stein le contó a Ernest Hemingway que ese reproche se lo había espetado el dueño de un taller de coches a uno de sus empleados que tardaba en una reparación. Era París, a principios de los años veinte del siglo pasado. Desde entonces, periodistas, sociólogos y narradores han intentado etiquetar —con la perseverancia taxonómica de un botánico— a las sucesivas generaciones, como si de esta manera fuera más fácil entenderlas. Baby Boom, generación X, Y, Silenciosa o Ni-Ni.
Sin embargo, nunca los analistas se habían enfrentado a una generación tan difícil de leer como la de los millennials (los que ahora tienen entre 18 y 33 años). Un grupo de 80 millones de personas en EE UU y algo más de ocho millones en España, y que en 2025 supondrá, vaticina la consultora Deloitte, el 75% de la fuerza laboral del mundo. Una generación que, según Boston Consulting Group (BCG), tiene un poder de compra, solo en el país de las barras y estrellas, de 1,3 billones de dólares (933.530 millones de euros). Pero que, sin embargo, está comprando muchos menos coches o pisos que sus antecesores. Un grupo que alarga la adolescencia hasta los 40 años, que viaja a través de los smartphones, que afronta un paro sin precedentes, que desconfía de los bancos, que prefiere ganar menos pero trabajar en empresas que no suenen a codicia y que, desde luego, no pretende hipotecarse la vida para comprar una casa.

Retrato de una hornada fascinante

Es difícil ponerle un único rostro a un grupo que solo en EE UU suma 80 millones de personas. Elthink tank Pew Research Center acaba de publicar un estudio que trata de hacerlo. El retrato es fascinante. Imprescindible para entender por dónde irá la economía, la sociedad, la política y la vida en los años venideros. Porque los millennials son muchas cosas. Es la generación mejor formada de la historia del país y también la más racialmente diversa. Hablan, escuchan y se comunican en las redes sociales.
ADVERTISEMENT
Son los primeros nativos digitales. El 81% tiene perfil en Facebook. Un 83% duerme con el móvil al lado. Y ven a un Dios lejano: el 58% cree con “certeza absoluta” que existe. A la vez tratan de vivir una vida que se les antoja más difícil que la de sus padres. Son los primeros estudiantes de la edad moderna que se enfrentan a un elevado nivel de endeudamiento (por los créditos escolares), pobreza y desempleo. ¿La culpa? La recesión y la globalización. Y solo un 42% siente que forma parte de la clase media.
Pese a todo, no tienen miedo. Representan al grupo social más optimista frente a la economía. Pero todo pasa factura. Se casan más tarde que nunca. Los hombres a los 29 años, las mujeres, a los 27. La mitad no se identifica con ningún partido político. Eso sí, son más liberales cuando hablan del matrimonio entre homosexuales o del consumo de marihuana.
Este nuevo pensamiento zarandea la economía mundial y a infinidad de industrias. El sector inmobiliario, el motor, las finanzas, la publicidad o el comercio minorista. Todo cambia. Hay que repensar mensajes, productos y servicios. Adaptar la oferta y comprender que los millennials(también llamados generación Y)consumen de otra manera. ¿Pero entienden las empresas esta avalancha de cambios? ¿O siguen ciegas a los nuevos tiempos?
“En Wall Street hay muchos jóvenes banqueros que padecen depresiones y un fuerte sentimiento de inutilidad frente a su trabajo”. Lo cuenta el periodista Kevin Roose, quien acaba de publicar Young Money: Inside the Hidden World of Wall Street’s Post-Crash Recruits. Más que un libro sobre finanzas, es un retrato de una generación. Voces de un tiempo nuevo. “La gente que retrato en el libro son jóvenes financieros, pero envidian a sus amigos que trabajan en Facebook o Google en Silicon Valley. Esta nueva generación se mueve antes por prestigio que por dinero. Y no quieren hacer algo que algunos entienden como perverso y codicioso”.
Por eso en la industria financiera se nota tanto el órdago de los millennials.No les gustan ni los bancos tradicionales ni pisar sus oficinas. Prefieren operar con smartphones,iPad y ordenadores. Lo suyo, por ejemplo, es el pago por móvil. Esto provocará que el sector tenga “márgenes más estrechos en los productos, pero también que los costes para las entidades resulten menores”, reflexiona Santiago García, responsable de instrumentos de inversión de Citi. Además, esta generación moldea su particular universo de fobias y filias. Si Apple abriera un banco —según la consultora británica KE—, el primer día tendría 37 millones de clientes.
Esa nueva mirada justifica que ASB Bank (Nueva Zelanda), ICICI (India) y Commonwealth Bank (Australia) ofrezcan ya servicios financieros a través de Facebook. Es una respuesta a la fe que tienen los millennialsen estos nuevos canales. Porque han interiorizado que el dinero no existe. “En la UE solo el 9% de la moneda en circulación es tangible”, recuerda Rodrigo García de la Cruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). Esta virtualidad de las finanzas encaja con ellos. Y a la vez la urgencia de canalizar el ahorro hacia productos de inversión. Todo con gran temor al riesgo. Una nota del banco UBS revela que esta generación se halla entre las más conservadoras financieramente que ha tenido EE UU.
Si fijamos a este país como la piedra de Rosetta a través de la cual comprender esta generación habría que escuchar la voz de Gary Mottola, profesor de Estadística en la Universidad de Villanova (Pensilvania): “Los millennials han crecido en un país caracterizado por una mayor diversidad racial, una menor brecha educativa entre géneros, un fuerte aumento del coste de la educación superior y los decisivos sucesos del 11 de septiembre de 2001”. Y de fondo, omnipresente, la mayor crisis económica desde la Gran Depresión. Todos estos acontecimientos han afectado a sus vidas, pero también a cómo entienden el consumo y cómo se relacionan con las empresas y las marcas.

Prefieren trabajar en Silicon Valley que ser financieros en Wall Street
Este diálogo ahora suena distinto, advierte Anthony Pralle, responsable europeo de marketing y ventas de BCG: “Es la generación de consumidores del futuro. Valora mucho las marcas, incluso más que otros compradores, pero son más exigentes y esperan de ellas cosas distintas. Demandan bastante transparencia y un mayor compromiso con causas medioambientales y sociales”. Y añade: “Las empresas no se deben limitar a adaptar sus productos y servicios, sino que tienen que adecuar su marketing a esta generación”. ¿Lo hacen?
Ciertas marcas están más sincronizadas que otras. Sus enseñas favoritas son muy diferentes a las que prefiere la del Baby Boom(nacidos entre 1946 y 1964). Algunas, desgrana la consultora BCG, son recientes y los millennials han crecido con ellas, como Zara y Google, mientras que otras forman parte desde hace tiempo de su ideario: Apple, Nike, Samsung o Coca Cola. También cala el “lo quiero y lo quiero ahora”, incide Teresa Serra, profesora de marketing del Instituto de Empresa. Ahí encajan compañías muy eficientes en el transporte y la distribución como Amazon o eBay.
Pero el cambio es muy profundo. Imposible que no lo sea cuando, como asevera Santiago Gramunt, vicepresidente de la Asociación Española de Agencias de Comunicación Publicitaria, “los niños de nueve años se han convertido en los segundos prescriptores de coches y casas en EE UU”.
Son indicios de la llegada de un mundo nuevo para el consumo trazado por una generación que empeña buena parte de su vida en el espacio online. Unas 25 horas a la semana, acorde con la consultora Forrester Research. De tal forma que “cada millennial es un medio de comunicación en sí mismo, que absorbe y distribuye información. Ya sea para el halago o la crítica”, relata Santiago Gramunt. Su fuerte capacidad prescriptora es una seña de identidad. Confían más en las recomendaciones de amigos, en los comentarios de las redes sociales y buscan enseñas con personalidad. “Aunque saben que las marcas intentarán engañarles”, avisa Jesús Melero, de la agencia de publicidad Dommo. Movidos por esta desconfianza usan las aplicaciones para comparar precios en el punto de venta y son más de “cesta de la compra que de carro de supermercado”, según la firma de estudios de mercado Nielsen. Y, desde luego, la tecnología móvil manda en su consumo. Teléfonos inteligentes, ordenadores, consolas. Pero también el calzado deportivo, la fruta y la verdura.

Confían en los comentarios de las redes sociales a la hora de comprar
Por lo que vemos, su relación con las marcas es tan compleja como su relación con la vida. Porque se hallan en un momento vital clave. Un tiempo definido por “la llegada a la universidad, la entrada en el mundo laboral, el comienzo de relaciones estables —con la posibilidad de que se transformen en matrimonio— y, finalmente, la creación de una familia. El impacto económico que todo esto tiene en lo que llamamos “madurez retrasada” [se emancipan más tarde] repercute mucho en el comercio minorista y la tecnología. Más adelante afectará a la industria automovilística, al sector inmobiliario y a los servicios financieros”, prevé Jason Dorsey, estratega jefe de The Center for Generational Kinetics, un think tank estadounidense especializado en enseñar a las grandes empresas a leer a losmillennials y mostrarles, sobre todo, que “compran de una forma distinta a cualquier generación anterior”. Bueno, cuando lo hacen.
Un informe de este mismo mes del Tesoro estadounidense y la fundación Finra detalla que la compra de casas por parte de losmillennials cayó un 18% frente a la generación anterior. ¿Por qué? Preguntémonos, ¿qué se necesita para comprar un piso? Una hipoteca, ingresos estables para pagar la cuota y, probablemente, una pareja. Lageneración Y debe un billón de dólares por sus créditos escolares. “Es el grupo de jóvenes adultos más endeudado de la historia estadounidense”, revela la plataforma de estudios Pew Research Center. El 65% de ellos gana menos de 50.000 dólares (39.400 euros) y solo el 36% está casado, frente al 60% de la generación X (nacidos entre 1965 y 1980). ¿Consecuencia? Se venden menos casas y coches, a pesar de los bajos tipos de interés. Y para que la tormenta sea más perfecta, el miedo a la situación económica ahoga a muchos compradores. Como en el Viejo Continente.

Tienen una madurez retrasada, una adolescencia muy larga
Ante la tozudez de la evidencia, la poderosa industria automovilística busca salidas. En Europa, “la generación que va de 1980 a 1995 es el tramo de edad que más nos preocupa”, reconoce un fabricante. Representa cerca de la tercera parte de los conductores y el sector pretende atraer a esos clientes a la fuga conectando el automóvil a Internet. Una encuesta de la plataforma online de venta de vehículos AutoScout 24 advierte de que para “los conductores de esta generación es incomprensible no estar conectados todo el día, también cuando se va al volante”. En el fondo pervive la certeza de que el coche ha dejado de ser “un símbolo de intimidad y libertad, pues ahora el transporte urbano resulta más eficaz”, narra Javier Velasco, director general de la consultora Solera.
Esa apelación a lo personal les lleva a entender su relación con el trabajo de una forma única. “Esta generación trabajará para quien le apetezca, donde le apetezca y por el tiempo que le apetezca”, advierte Carlos Ortiz-Cañavate, socio de la consultora PriceWaterhouseCoopers. La letra pequeña de la frase detalla que estos trabajadores tendrán un “nomadismo brutal” y las empresas deberán resolver un cubo de Rubik con cuatro generaciones distintas conviviendo en la misma compañía. En este entorno laboral nuevo la ética de trabajo de la generación Y no será ni mejor ni peor que las anteriores, sino distinta.